Debo reconocer que fue amor a primera vista, de hecho, me hicieron detenerme casi en seco. Yo estaba en la feria Intergift buscando novedades para mi tienda y, de repente, los vi. Me parecieron una auténtica preciosidad, así que me los traje.
Un sueño de la luz. Así es como los han llamado y, desde luego, es todo un acierto. Si, como Shakespeare afirmaba, estamos hechos del mismo material de los sueños, está claro que los artesanos de Turingia (Alemania) han sabido hacer la magia de encapsularlos en estas pequeñas obras de arte.
Cada portavelas contiene una escena sugerente de naturaleza viva que acrecienta su atractivo gracias a las propiedades del vidrio, un compuesto que asociamos de manera inconsciente con la pureza y transparencia del agua. Los más bellos motivos: flores, pétalos, copos de nieve, frutos del bosque, estrellas de mar...y los colores más delicados y luminosos se combinan con maestría para crear un conjunto armónico que despierta agradables sensaciones.
La fabricación es totalmente artesana; cada pieza se rellena con los motivos elegidos para la composición y un gel especial que se funde ópticamente con la transparencia del vidrio.
Se presentan en varias formas y tamaños, todas de gran atractivo, capaces de conferir un punto de sofisticación, incluso de romanticismo, a cualquier ambiente, aunque es indudable que encajan muy bien en una decoración clásica.
También es posible encontrar algunos, cuyos motivos se relacionan con determinadas estaciones del año, por ejemplo, con la época navideña. Tendremos de este modo un adorno cautivador que podremos utilizar año tras año.
Casi todos los portavelas se pueden utilizar con las velas de té standard del mercado, resultando al mismo tiempo una pieza decorativa y una fuente de luz. Se recomienda no exponerlos a altas temperaturas ni a la luz directa del sol.
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